En mi visita a Japón llegué a ver infinidad de jardines ya que son un remanso de paz en las grandes ciudades. Los hay muy conocidos, como los jardines de Okayama (puede que no te resulten muy familiares pero en Japón son muy célebres) o los jardines de la ciudad de Kanazawa.
Pero uno de los que más me sorprendió, quizás porque no había oído hablar de él hasta que lo vi, fue el jardín japonés Koko-en, situado junto al castillo Himeji.
El jardín Koko-en fue construido en 1992, por lo que podemos considerarlo más o menos reciente. Se erigió sobre los yacimientos de antiguas casas de samuráis y para su creación se emplearon técnicas del periodo Edo (1600-1860).
Este oasis ocupa unas 3 hectáreas y media y se encuentra dividido en diversos jardines amurallados, 9 para ser más exactos, por lo que para visitarlo tendrás que recorrer pasillos como el de la imagen:

Es posible que esta imagen no te diga nada, o que no te invite a entrar en el jardín, pero lo que hay tras las murallas merece y mucho la pena.
También quiero destacar que yo fui en febrero, en pleno invierno y encima en un día gris, pero aunque gran parte de los árboles estaban desnudos, la belleza del lugar no se veía mermada y te invito a que lo visites en cualquier época del año.
Visita del jardín Koko-en
Tras atravesar la entrada de acceso, recorres un largo paseo arbolado hasta llegar a la primera puerta. Al cruzarla hay una pequeña fuente a la derecha que ya captó mi atención.
A la izquierda vemos la primera caseta, que por un lado es el restaurante Kassui-ken donde puedes comer recreándote con los bellos colores del jardín y por otro es el punto de acceso para llegar al estanque.
Información del restaurante:
El horario de apertura es de 10:00 a 16:30
Al atravesar esta construcción verás varios bonsáis en su interior. Si sigues avanzando llegarás al corredor, el cuál está techado y se dice que el sonido de las pisadas sobre su suelo completamente de madera recuerda al sonido de los tambores japoneses; a mí no me lo pareció, pero quizás tuve que pisar más fuerte 🙂
Caminar por este pasillo es un lujo pues tanto las vistas del interior como del paisaje que te rodea son realmente hermosas.
A la izquierda verás una amplia caída de agua.
El sonido de la madera, del agua, del viento entre los árboles… todo te envuelve en una atmósfera de paz.

Y poco a poco vamos viendo como al frente va apareciendo el gran estanque.
Al final del corredor se llega a una nueva caseta (Cho-on-sai) desde la que se tienen unas vistas maravillosas del estanque lleno de multitud de carpas de colores, de la pequeña cascada que hay al frente y del puente de piedra a nuestra izquierda.

Tras deleitarse con esta panorámica (para mí la mejor de todo el jardín), recomiendo atravesar el puente y otear esa parte del jardín.

De aquí pasas a un nuevo apartado conocido como el jardín de las semillas o de la siembra, donde hay cultivadas numerosas especies de plantas.
La siguiente zona la llamaría zona del té, pues se compone de un pequeño jardín con una magnífica casita de té, donde puedes degustar esta bebida sentado en un tatami mientras ves tras sus paredes acristaladas el castillo Himeji al fondo.
Información de la casa de té:
El horario de apertura es de 10:00 a 16:00, siendo la última entrada a las 15:40.
El precio es de 500 yenes incluyendo el té y un dulce.
Después de este pequeño parón para reponer fuerzas, accedemos a un jardincito típico japonés con su puente de piedras sobre un pequeño arroyo.
Los tres siguientes jardines son el de verano (con colores verdes en primavera y rojizos en otoño, lástima que yo fuese en invierno), el jardín de pinos y el jardín de flores.
Y como último punto de la visita, te encuentras con un jardín de estilo japonés con un pequeño estanque y junto a este jardín hay otro de bambú, aunque muy chiquitito.
Información extra del jardín Koko-en:
El precio para visitar estos jardines es de 300 yenes para adultos y 150 yenes para niños y estudiantes.
El horario de apertura es de:
9:00 – 17:00 (de enero a abril y de septiembre a diciembre) – última hora de entrada a las 16:30
9:00 – 18:00 (de mayo a agosto) – última hora de entrada a las 17:30
Cerrado los días 29 y 30 de diciembre
El tiempo de la visita: 1 hora aproximadamente pero eso ya depende de cada uno