A medio camino entre Los Ángeles y San Francisco, más concretamente junto a la pequeña localidad de San Simeón, se encuentra el conocido Castillo Hearst, un alarde de riqueza y poder de mano del empresario William Randolph Hearst. Este magnate creó un imperio periodístico que le llevó a las más altas cumbres monetarias.

El señor Hearst era un enamorado del arte, sobre todo del arte español. Y gracias a la inestimable ayuda de su amigo Arthur Byne, un marchante que vivió en España durante años, se hicieron con todo tipo de obras artísticas y objetos decorativos. Randolph Hearst se apropió del artesonado de «La Casa del Judío» de Teruel, de unas sillerías del coro de una iglesia, tablas de retablos de ermitas, más artesonados… con los que decoró su propiedad a la que llamaba “Rancho en San Simeón” o “La Colina Encantada” debido a su ubicación en lo alto de una colina frente al mar.
El “castillo”, no tiene nada de fortaleza. Es una mansión mandada construir por este magnate de prensa allá por 1919. Fue en esta fecha cuando contrató a Julian Morgan, la primera arquitecta de San Francisco para llevar a cabo esta magna obra. El proyecto duró desde 1919 hasta 1947 aunque no se llegó a concluir del todo.
Ahora el Castillo Hearst es un parque del estado de California, que permite su visita desde hace más de 50 años.
Como curiosidad decir que W. R. Hearst fue un magnate tan conocido que la película ciudadano Kane de Orson Welles está basada en su persona. Aunque a mí me parecía estar andando por la mansión y jardines del Gran Gatsby.
¿Cómo visitar el Castillo Hearst?
Lo primero de todo es acercarte al centro de visitantes donde encontrarás las taquillas, una tienda, un Starbucks (publicidad gratuita que les acabo de hacer) y una sala donde se proyecta un documental sobre la infancia de Randolph Hearst por Europa. Este documental dura aproximadamente unos 45 o 50 minutos y se repite cada hora.
Si consultas su página oficial verás que hay diversos tours por la mansión. Los hay de diferentes precios según la duración y las partes de la residencia que visites. Hay uno especial muy curioso en el que van ataviados con ropas de la época y se realiza por la noche.
Una vez adquirido el tour que más te guste a la hora conveniente (mi consejo es que lo reserves anteriormente por internet), te darán una pulsera identificativa con la que subirás a un autobús que te llevará hasta el Castillo. El trayecto no es ni mucho menos corto, pues atraviesas los terrenos que rodean el Castillo y que en su momento fueron empleados como zoo, ya que el señor Hearst tuvo la «genial» idea de traer numerosas especies de animales hasta su mansión.

En llegar hasta la residencia se tarda unos 18 minutos en autobús, para que te hagas una idea de la magnitud del lugar.
Una vez llegados al destino te asignan un guía (en inglés) que te hará la visita guiada. Lo curioso es que en el grupo había, además del guía, un vigilante que se quedaba atrás del todo controlando que nadie se perdiese y que te acompañará durante toda la visita. Luego tendrás tiempo libre para recorrer el Castillo a tu aire por los espacios abiertos.
Mi consejo es que si lo visitas por primera vez elijas el tour «Grand Rooms» de una hora de duración (sólo la visita guiada), en el que conocerás los siguientes espacios:
Terraza Norte
La cual quedó sin terminar aunque había planes para una gran entrada en este sitio del estilo de la década de 1920. Ahora consiste en una sencilla aunque amplia explanada a la que se llega por unas escaleras, enfrente de las cuales para el autobús.
La piscina de Neptuno
Este es uno de los lugares más reconocidos de la mansión. Esta estructura se construyó entre 1924 y 1936 y es la última de 3 piscinas. En la parte central hay un templo con columnas romanas de los siglos I al IV dC. Hay una estatua italiana de Neptuno del siglo XVII situada en el tímpano del templo.


Las aguas de la piscina Neptuno se solían templar, normalmente cuando Hearst recibía invitados lo que ocurría a menudo, con unos calentadores que funcionaban por combustión de aceite. Hoy en día ya no se hace esto pero sí que se sigue purificando el agua con un sistema de filtración de arena, que se usaba por aquel entonces.
Los Jardines
Gran parte del Castillo Hearst se encuentra ocupado por una extensa variedad de arbustos exuberantes, plantas nativas y palmeras. Al final de la visita tendrás tiempo libre para perderte por los jardines o sentarte a contemplarlos.
Las cabañas
Hay tres cabañas en el castillo Hearst y se conocen como: Casa del Sol, Casa del Mar y Casa del Monte. Estas son las primeras edificaciones construidas y se usaron para alojar a los invitados y parientes. La familia Hearst estuvo viviendo en la Casa del Mar hasta 1928 momento en el que se trasladaron a la Casa Grande.
Como dato curioso, las cabañas estaban totalmente equipadas pero no tenían cocina por lo que los invitados debían ir a la “Casa Grande” a por la comida.
La escultura egipcia
En el jardín, cerca de la entrada de la casa grande podemos ver una escultura de la diosa egipcia Sekhmet. Esta figura tiene unos 3000 años de antigüedad.
La Casa Grande
La residencia principal se conoce como «Casa Grande», con un estilo arquitectónico del Renacimiento Mediterráneo centrándose principalmente en la arquitectura del sur de España. La fachada principal de la Casa Grande se inspiró en la fachada de la Iglesia de Santa María la Mayor de Ronda.

La Casa Grande tiene 38 habitaciones, una biblioteca y un cine, entre otras muchas estancias. Según el tour que contrates podrás ver unas u otras estancias. En el tour «Grand Rooms» destacaría las siguientes habitaciones:
La sala de Reuniones – Esta sala, de considerable tamaño, ubicada en la planta baja de la Casa Grande era donde se reunía el magnate Hearst con sus invitados para conversar y beber básicamente. Está completamente decorada con numerosas obras de arte (decorado en exceso para mi gusto). Se puede contemplar una gran chimenea, numerosas esculturas neoclásicas y diversos tapices renacentistas cubriendo las paredes.

El Refectorio – O lo que llamaríamos el comedor de la casa. Destaca principalmente por los numerosos estandartes de seda que cuelgan a ambos lados de la estancia, los candelabros, la sillería de coro que hay al fondo, el artesonado, los tapices … pero hay algo que llama la atención, y mucho, en esta estancia de aspecto tan medieval y son los botes de kétchup y mostaza que hay en el centro de la mesa. Y es que son elementos que no pueden faltar en una buena mesa americana, ni aunque sea en el castillo Hearst 🙂
La Sala de Billar – La sala de billar era un lugar popular, donde se divertían jugando al billar (no te lo imaginabas ¿eh?). Esta habitación está decorada con temáticas de diversos juegos. Pero también cuenta con un techo español del siglo XV pintado con escenas de la vida cortesana, además de un tapiz flamenco de 1500.
El Cine – Allí se reunía el anfitrión con sus invitados para ver las películas de la época. En la visita te mostrarán un breve documental con grabaciones de la época donde podrás ver a la crème de la crème, a los más afamados artistas de aquellos años junto con Randolph Hearst en algunas de sus celebraciones. Por allí pasaron actores como Buster Keaton, Charles Chaplin, Greta Garbo o Cary Grant; también se pudo ver por allí a Dalí o Churchill.
A destacar una imagen que me llamó la atención, y es que ver a Charles Chaplin jugando al tenis en el Castillo Hearst no tiene desperdicio.

En la Casa Grande se alojaba la familia Hearst y los empleados de la casa (como ves a los empleados los tenía bien cerca y a los invitados o parientes en las cabañas).
Tras acabar la visita guiada tienes libertad para recorrer de nuevo los jardines y espacios abiertos. Al finalizar dirígete hacia el Edificio de entretenimiento.
El Edificio de entretenimiento
Este es un edificio que no llegó a acabarse. Se pueden ver las canchas de tenis (las que mencioné anteriormente donde jugó Chaplin) y justo debajo se encuentra la piscina interior romana, uno de los puntos más emblemáticos del Castillo Hearst.
Esta piscina está formada por más de un millón de baldosas de vidrio de Murano algunas de las cuales contienen una lámina de oro en su interior. Pero hay una mala noticia y es que no te vas a poder bañar en ella.
Para esta piscina tomaron como referencia las antiguas termas romanas y junto a misma podrás observar numerosas esculturas de atletas griegos y romanos.
Si te fijas en el centro de la imagen hay un pequeño balcón desde el que podían observar al resto de los que disfrutaban en la piscina, conversar con otros o incluso lanzarse al agua desde ahí.
Como mencioné antes, este edificio está sin acabar pues se tenía pensado que contase con vestuarios y con pistas de squash. Pero es de agradecer que se acabase la piscina interior porque es impresionante.
A la salida de la piscina se encuentra el autobús de vuelta que nos llevará de nuevo al centro de visitantes.
Información
Duración de la Visita
Hay que tener en cuenta que hay que estar un poco antes de la hora del comienzo de la visita para que te den la pulsera identificativa. A eso le sumamos el trayecto en bus tanto a la ida como a la vuelta. Por otro lado el tour «Grand Rooms» es de 60 minutos, hay otros que son más, pero una vez acabada la visita guiada te dejan el tiempo que quieras para recorrer los jardines y visitar la piscina romana. En total serían unas 2 horas y media aproximadamente o quizás algo más.
Si a esto le sumas la visualización del documental ya sea antes o después de la visita del Castillo, ponle una hora más.
Precio
El precio depende del Tour seleccionado. Puedes ver todos los tours y precios en su página web.
El precio del tour Grand Rooms es de 25$ los adultos y 12$ los niños.
Horario
Dependen mucho de los diferentes tours disponibles.
Los tours están disponibles a partir de las 09:00 de la mañana.
Visita extra recomendada
Después de ojear la tienda del centro de visitantes nos dijeron al salir que muy cerca de allí se encontraba un punto de observación de elefantes marinos «Elephant Seal Vista Point». Y para allá que fuimos. Y es que a 10 minutos en coche al norte del centro de visitantes hay un punto idóneo para ver elefantes marinos, aunque la mayoría los verás durmiendo mientras se cuecen al sol.
Interesante visita cerca del Castillo Hearst y gratis 🙂