La cueva de Phraya Nakhon pertenece al Parque Nacional Khao Sam Roi Yot. Aunque es una de las cuevas más espectaculares de toda Tailandia, no suele ser muy visitada pues se encuentra algo alejada de las grandes ciudades y mal comunicada por transporte público. Así que si te estás preguntando cómo visitar la cueva de Phraya Nakhon, no te pierdas este post.
Un poco de historia
Esta gruta lleva el nombre de un exgobernador que la descubrió hace algo más de 200 años, mientras buscaba refugiarse de una tormenta. La cueva Phraya Nakhon es de piedra caliza y está formada por 3 cavernas, 2 de las cuales tienen lucernarios (aberturas en el techo por donde se filtra la luz solar). Gracias a los rayos del sol que se cuelan en las entrañas de la gruta, numerosas especies vegetales han echado raíces.
En el año B.E. 2433 según el calendario budista, o el año 1890 según el gregoriano, el rey Rama V realizó una visita real y ordenó la construcción de un pabellón en lo alto de un montículo en mitad de la última caverna. Se construyó a mano en Bangkok y se trasladó por piezas al interior de la cueva donde se ensambló. A este pabellón se le conoce como “Khuha Kharuehat Pavilion”.
¿Cómo llegar a la cueva de Phraya Nakhon?
Para llegar a la cueva tendrás que acercarte al pueblecito de “Bang Pu”. Es realmente pequeño y lo componen unas humildes casas situadas a lo largo de un canal que desemboca en el mar.
La playa que pertenece a ese pueblo se conoce como “Bang Po Beach” y junto a ella se encuentra el parking donde tendrás que aparcar para dirigirte a la cueva. Allí mismo hay un pequeño mercadillo donde comprar souvenirs. También hay puestos de comida donde picar algo y comprar agua para la caminata (te vendrá de lujo). Y además hay baños públicos previo pago de un precio irrisorio.

¿Cómo llegar a Bang Pu?
No te voy a engañar, llegar hasta allí no es fácil, pues no está bien comunicado por transporte público. La ciudad grande más cercana es Hua Hin, que se encuentra a 1 hora en coche. Una opción es tomar un taxi desde allí, lo que saldría entre 10 y 15 euros por trayecto. O bien puedes tomar un tren desde Hua Hin hasta Wang Phong y desde allí un taxi, pero el precio sería mayor.
Si partes desde Bangkok, sí que es una buena opción subirte al tren que te lleva hasta Wang Phong y desde allí el taxi. El recorrido sería de unas 6 horas con un coste de unos 35 euros aproximadamente por trayecto.
Cómo adquirir el ticket
Llegues en coche privado o en taxi, deberás dirigirte al parking de Bang Pu. Una vez allí, te encaminas hacia la colina y antes de subir te toparás con la caseta de los tickets.
El precio de acceso es de 200 bahts para adultos y 100 para niños (no especifica hasta qué edad). Estos precios son para los extranjeros, que supongo que será tu caso.
Para tailandeses los precios varían siendo 40 bahts para adultos y 20 para los críos. Pagamos 5 veces más que los tailandeses, es lo que hay.
Una vez adquirido el ticket toca ponerse en marcha. No tires el billete pues más adelante te lo volverán a pedir.
Ruta hacia la cueva de Phraya Nakhon
Voy a dividir el camino hasta la cueva de Phraya Nakhon en tres tramos bien diferenciados:
Primer tramo
Comienza junto a la caseta de los tickets y atraviesa una primera montaña. Este sendero se inicia subiendo por unas escaleras que luego se transforman en un camino pedregoso.

Las escaleras aparecen y desaparecen durante el recorrido salpicado por diversos miradores. Uno de ellos un tanto oculto ya que tendrás que desviarte de la vía principal hacia la izquierda, unos pocos metros, para dar con él.

Una vez finalices este tramo, que concluye bajando numerosos peldaños, te encontrarás en la playa de “Laem Sala”.

El tiempo del recorrido depende, como no, de la velocidad que lleves y del tiempo que inviertas en contemplar el paisaje. Nosotros tardamos una media hora en realizar este tramo a la ida, parándonos en todos los sitios posibles y tomando fotos, y poco más de 10 minutos a la vuelta.
Esta parte del recorrido no es necesario que la hagas si no quieres. Desde la playa junto al parking, puedes contratar una barca que te lleve de Bang Po Beach a Laem Sala Beach, evitando así este trayecto. El precio es de 400 bahts ida y vuelta, sin contar el precio del ticket. De todas formas, mi consejo es que este tramo lo hagas andando, para disfrutar del paisaje marino desde la montaña y para ir calentando con vistas al tercer tramo.
Segundo tramo
Un camino entre árboles recorre la playa de Laem Sala en la que se pueden ver diversos bungalows salpicados por la arena donde pasar la noche, un restaurante y numerosos baños públicos. Es un área de descanso perfecta para la vuelta de la visita.
Si sigues andando por el sendero encontrarás un letrero de madera indicándote que debes girar a la derecha para llegar a la cueva. Por allí cerca uno de seguridad nos pidió de nuevo los tickets, así que llévalos a mano por si acaso.
Girando a la diestra, dejando el mar a tu espalda y tras un largo pasillo de tierra a la sombra de numerosos árboles, te toparás de frente con una empinada subida por la montaña. Este es el inicio del último trecho.

Tercer tramo
Antes de empezar este tramo un cartel informa de que te quedan 430 metros de subida repartidos en infinidad de escalones. No es un ascenso excesivamente complicado pero sí algo costoso. El único cuidado que deberás tener es la piedra que en ocasiones puede encontrarse resbaladiza. Pero poco más, ahora tan sólo deberás subir y subir.
A mitad camino, o un poco más, hay un nuevo mirador con bancos donde la gente se sienta a descansar y contemplar la bella panorámica de la playa.
Durante el recorrido es relativamente fácil encontrar monos en libertad que saltan de rama en rama sobre las cabezas de los transeúntes. Son inofensivos siempre y cuando no te acerques a ellos para hacerte una foto, pues los monos no destacan por su amabilidad.

Se sigue subiendo hasta llegar a una zona llana, aunque pedregosa, que finaliza en la entrada de la cueva Phraya Nakhon.
Justo antes de entrar un cartel te cuenta un poco de la historia que mencioné al inicio de la entrada y te advierte de que no debes tocar las estalactitas ni estalagmitas, de no arrojar basura y de no fumar.
La entrada a la cueva consiste en un descenso escalonado. Ten cuidado al bajar para evitar resbalones porque en nuestro grupo alguna caída sí que hubo 😆.
Conforme vas entrando verás una cascada seca, entre otras esculturas moldeadas por la erosión del agua sobre la roca caliza con el paso de los años.
Bajarás hasta un gran espacio con dos aberturas en la bóveda debidas a la caída de las rocas de la cubierta. De esta manera la techumbre de la cueva de Phraya Nakhon se asemeja a un paso elevado adquiriendo el nombre de “Puente Muerto”.
Desde aquí, dirigiendo la mirada a la izquierda, al fondo del todo, se empieza a ver el punto fuerte de la visita. Nos encaminamos hacia allá atravesando una pasarela de madera hasta que la imagen que deseábamos apareció ante nuestros ojos. El pabellón real iluminado por los rayos del sol y rodeado de espesa vegetación creaba, en conjunto, una imagen de cuento. Allí la luz jugaba un papel principal en la escena. Y tomando una frase prestada de Stephen King de uno de sus innumerables libros: “Luz que teñía de oro el polvo en suspensión y se filtraba oblicuamente a través de los árboles”.
Para aprovechar el mejor momento de iluminación, lo idóneo es llegar entre las 10:30 y las 11:30, cuando el sol incide directamente sobre el pabellón. Si llegas más tarde encontrarás la cueva iluminada pero no el pabellón real. Nosotros llegamos a las 11:15 y ya había una parte a la sombra, pero la imagen no desmerece en absoluto.
Ahora toca darse un paseo por la cueva rodeando el pabellón y visitando una caverna contigua donde encontrarás dos pequeños monjes de cera en un altar. Ya que como indiqué en mi entrada de 50 aspectos que me llamaron la atención de Tailandia, en este país tienen la costumbre de realizar réplicas en cera de los antiguos monjes para honrar su memoria.

En cualquier parte de esta cueva es fácil observar la formación de estalactitas y estalagmitas, que crecen a una velocidad de 0.005 a 0.7 mm al año por lo que puedes hacerte una idea del tiempo necesario para la formación de una de ellas. Es posible que las estalactitas y estalagmitas se unan formando un pilar como los que se pueden ver e la imagen.
Uno de los carteles que allí se puede leer cuenta que tres reyes tailandeses han visitado la cueva dejando unas marcas (monogramas) en la pared como recordatorio. También podían haber escrito en otro lugar, creo yo, pero prefirieron las paredes de piedra caliza para inmortalizar su visita.
Fin de la visita y regreso
Una vez contemplado este lugar en todo su esplendor, toca emprender el camino de vuelta. La ruta hasta el parking es exactamente el mismo por el que hemos venido, pero gran parte del trayecto, especialmente el tercer tramo, es cuesta abajo.
Puedes detenerte en el segundo tramo, en la playa de Laem Sala, a darte un bañito o a comer en el único restaurante que hay, si no has traído tu propia comida. El restaurante es barato, aunque no especialmente bueno; pero es lo único que hay en esa playa.
Tras la pitanza, un paseo por la orilla o una siestecita siempre vienen bien antes de regresar al parking.

Si has venido en taxi, lo más seguro es que el taxista te pregunte a qué hora quieres que te recoja y estará en el parking esperándote a la vuelta.
Información extra:
- Quiero recordar que la mejor hora para visitar la caverna con el pabellón es de 10:30 a 11:30 pues es cuando el sol incide de manera perpendicular sobre la abertura de la cueva. Aunque el horario es de 06:00 a 18:00
- Según he leído el precio por noche de los bungalows es de unos 1500 bahts (43 euros) y también cabe la posibilidad de acampar allí. Pero esta información tanto de los bungalows como del camping no es fiable.
- Por falta de tiempo nosotros no realizamos más visitas, pero recomiendan un paseo por el pueblo de Bang Pu y si dispones de más tiempo puedes acercarte al mirador de Khao Daeng a 20 minutos en coche hacia el sur. Otra subida de media hora que recompensa con una hermosa panorámica.
- Y por último, aunque parezca una obviedad, me gustaría advertir que si el día está nublado o lluvioso la visita pierde gran parte de su encanto. Espera mejor a un día soleado 😉
Mapa del lugar